domingo, 10 de abril de 2011

aquelarre

No hay nada mejor que el olor de las noches de verano.

Mirar por la ventana, y abrirla para que entre una brisa húmeda. ¿Se oye un ruido de coches allá, hacia el horizonte? Se cierran los ojos apoyados en el alféizar, se abre la nariz, y sueltan los labios un suspiro de somnolencia y de alegría. Los mejores recuerdos caen al ritmo de los párpados.

No hay nada mejor que el olor de las noches de verano.

Me tumbo en tu cama empapada. Tus ojos negros parecen no decir nada. ¿No es ya la hora de que me vaya? No, nunca es la hora, la piel mojada siempre retrasa el reloj. Luego, la calle parece solitaria. Sin embargo, huele a orgía, a multitudes desquiciadas. ¡Debe de ser la luna llena, deben de ser los hombres-lobo lujuriosos de nuestro bosque!

No hay nada mejor que el olor de las noches de verano.

Camino por el centro de Madrid. ¿No es precioso el Palacio Real cuando el sol se ha puesto? Una melodía llega desde el otro lado de la plazoleta. Tú estás a mi lado, y no rehúsas mi mirada. ¡Qué verdes tus ojos almendrados! ¡Qué bonita la Almudena cuando el sol se ha puesto! La pasión, en un acto lujurioso, sube por mi garganta hasta la lengua, que desea lanzarse a tus labios sonrientes. Ah, no rehúsas mi mirada, mi calor ha de retenerse en mis entrañas.

No hay nada mejor que el olor de las noches de verano.

Camino por el Parque del Retiro. ¿No te asusta esta oscuridad profunda? A mí no si me agarras así. Desde el césped frío se disipa la luna. Tus ojos azules evitan mi mirada, pero no importa si me agarras así. No hay desenfrenos entre la hierba, por una vez la ternura me calma. ¡Mira cómo parpadean las luces desde las farolas lejanas! Yo no veo nada, tú dices que ves un beso. Mil besos nos unen. Quiero quedarme una eternidad a tu lado, pero congelados en este momento, en este recóndito lugar del parque.

¿Qué hay mejor que el olor de las noches de verano?

Las ruedas rasgan el cemento del Retiro. Después de tantos meses, tus ojos verdes aún no se apartan de mi cara. Siempre electrizaste mis palabras. Una especie de electricidad estática que a veces repele y a veces atrapa. El gato que había amarrado a mi boca se escapa. Me gusta la luz tenue de las farolas de la calle, me gusta el vicio que escapa de nuestros cuerpos, y que la noche decolore mi alma.

¡Demasiada pasión para esta noche de brujas!


3 comentarios:

  1. me encanta !!! lo único que no entiendo es por qué los ojos son primero almendrados y luego azules, pero bueno, imagino que serán ojos camaleónicos, es preciosa !! :))

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  2. Jaja, Víc, son ojos diferentes!^^

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